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"¿En qué contexto surge la Nueva Historia Social y cuáles son sus principales características?
La
Nueva Historia Social surge en dictadura, simultáneamente dentro del país con la
gente de izquierda que se queda, y en el exilio con los que estaban afuera, y
surge como una reacción frente a lo que es el golpe, dar respuesta de por qué
se produjo una cosa así, tan destructiva para el proyecto de izquierda y qué
fue lo que no vimos desde la historia que nos hubiera podido ayudar a entender
y a dimensionar esa derrota. Ese es el contexto en que sale, por un lado dar
cuenta de la derrota del proyecto de izquierda en Chile y por otro lado,
aportar a la resistencia en contra la dictadura desde la historiografía,
recuperando la historia popular como un insumo importante, incidiendo en los actores
sociales que estaban resistiendo, por la vía de entregarles antecedentes
historiográficos que le dieran, por un lado, más energía y por otro lado,
elementos que le sirvieran para moverse en un contexto así.
Esto
significó modificar algunos parámetros de lo que había sido la historia de
izquierda más tradicional, la llamada Historia Marxista Clásica[1]. Salirse
un poco del énfasis que hacía esta historiografía en las organizaciones, los
partidos, los líderes y apuntar más a la base social, porque una de las
reacciones que nosotros vimos fue que cuando llega el golpe se descabezan todos
los liderazgos del movimiento social, se destruyen los partidos y los
sindicatos, matan y exilian a los dirigentes, y la base social tiene muy poca
capacidad de reacción. Entonces había algo en esa base social que nosotros no
estábamos viendo y que no sabíamos, que no conocíamos, era necesario mirar ahí
más que mirar solo a las dirigencias o los liderazgos; y también incorporando
nuevos temas y nuevos actores, no solo los obreros, sino que los pobladores,
los marginales, las mujeres, los jóvenes, las etnias, en otros periodos de la historia donde no
había movimiento obrero, no había clase obrera, pero sí habían actores
populares, sí habían luchas o rebeldías populares que podían servir de guía
para lo que estaba sucediendo en esos años, periodos anteriores a la década de
1880, y otro temas, la cotidianeidad, las relaciones sociales, el género, las
formas de sociabilidad, la cultura, temas que la historiografía marxista
clásica no había mirado."
[1]
Con esta denominación Julio Pinto hace referencia a la corriente
historiográfica desarrollada desde mediados de siglo XX por historiadores
militantes de los partidos de izquierda (Socialista y Comunista), como Julio
Cesar Jobet o Hernán Ramírez Necochea, los cuales fueron los primeros en hacer
historia desde una perspectiva económico-social, aunque utilizando categorías
de análisis propios del marxismo ortodoxo, lo cual generó que menospreciaran
actores y dimensiones que aun siendo partes del mundo popular, eran excluidas
de su análisis al no ser directamente políticas u obreras.